Cuando tu bebé esté listo para empezar a beber de un vaso
(normalmente, entre 6 meses y un año de edad) los vasitos a
prueba de derrames con tapa o boquilla te serán muy útiles. Si le
das uno normal, seguro que se lo echa todo por encima. La mayoría
tienen una válvula interna que impide la salida del líquido,
incluso cuando el bebé vuelca o tira el vasito. El vaso debería
tener asas para que pueda cogerlo y aprenda a beber solo cuando
tenga sed. A partir de los diez meses, le puedes ofrecer un vaso
con sorbete, eso le permitirá mejorar su cierre labial,
permitiendo que respire mejor y pueda producir sonidos.
Desafortunadamente, esta válvula puede ser tan eficaz que a veces
al bebé le cuesta mucho sacarle el líquido. Muchos padres tienen
que probar varios tipos de vasitos diferentes hasta que el bebé
encuentre uno que le guste. Tal vez puedas ayudarle a cambiar del
biberón al vasito si le compras uno con una boquilla suave, como
la tetina de la mamadera.
El bebe necesitará su propio plato de plástico (para que no se
rompa cuando lo arroje contra la pared de la cocina y no se haga
daño). Si lo prefieres puedes optar por un plato térmico que
permita mantener la temperatura de los alimentos. Así si tarda
mucho tiempo en comer, todavía estará caliente y lo agradecerá.
El plato ideal es uno fácil de sujetar, con una tapa para que
puedas guardar y llevar la comida del bebé, y que se pueda meter
al microondas (para calentar las sobras). A algunos padres les
encantan los que se pueden sujetar a la silla del bebé con
ventosas de succión, aunque otros piensan que no valen la pena
porque pronto dejan de ser útiles. Estos consejos pueden ser
aplicados a las recetas de comida para
bebé que prepares con productos de NutriBaby.